scars

miércoles, 23 de febrero de 2011


Mi panza hace ruidos, y el dolor es inminente. Las nauseas cada vez son mayores, y más si recuerdo aquella morbosa situación. El viento sopla frías brisas, las hojas golpean contra su pared, pareciese el ojo del huracán. El sol que abundaba inmediatamente se esfumaron al caer dos gotas saladas de mis ojos. La vista se ve nublada, y el cielo también. Los oídos sangran al escuchar las palabras de sus labios, y el corazón hace un stop repentino; se llena de vacío, rompe y cae; como mil cristales, con el mismo esplendor, con el mismo sonido. Las lágrimas no cesan, abundan como ríos. Los jugos gastricos empiezan a quemar mi garganta al escuchar su voz hablando por teléfono, mi cuerpo empieza a sudar, frío-calor, tan inestable como yo. Los dedos se introducen en la boca hasta tocar la campana de la misma, los jugos gastricos rocían toda mi mano y el inodoro. Mi cuerpo comienza a tomar batalla, con su única arma de defensa.



No hay comentarios: