scars

lunes, 11 de julio de 2011

.mañana de otoño, otoño, otoño..

Este es el último signo de mi amor -le dije y le tendí una hoja de otoño en su mano- cuidalo, es tan frágil..
Como mi amor hacia vos -se desplegaron de sus labios.
Exactamente, casi tan frágil -le afirmé con la única cara que venía teniendo hace varios meses ya.
Esa pequeña hoja que cabía en sus delicadas manos constaría de la perduración de nuestro amor, dicen, que aunque las personas se separen por distintas fuerzas del universo, el amor perdurará a través de un sólo objeto. Dí media vuelta y escuché un crugido, zapatos caminando a lo lejos, desvaneciendo el sonido; no quería voltear y abrir los ojos, pero había tenido los ojos cerrados desde hace tanto tiempo que era necesario que los rayos resplandecentes del sol pudieran entrar en ellos, así que así fue; allí estaba aquella pequeña hoja de invierno, rota en mil pedazos, frágil como nuestro amor, el amor perdurará a través del tiempo. Siquiera tuve el afán de levantarla, sus huellas habían quedado en el lugar, el sonido hueco se había desvanecido por completo, no podía verse rastros de su silueta, incluso a lo lejos. Seguramente algun ordenanza barrería aquellos trozos y lo tiraría a la basura por la mañana.

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