viernes, 3 de junio de 2011
Hace más de 15 horas que estoy postrada en una cama, no quiero que el cuerpo me siga doliendo. El baño ha sido mi mejor amigo desde ese entonces, la bilis chorrea por mis dedos, ya no hay más allá en el fondo. Mi cuerpo comienza a temblar, mi cabeza comienza a sudar frío-calor, llevo puestas más de 4 frazadas con la estufa prendida al tope, sigo teniendo frío. Las horas pasan, por fin puedo dormir más de dos horas seguidas, mi espalda siente cuchillas y alfileres penetrandose fuertemente en ella. Las molestias vuelven a mi garganta, consigo visitar a mi nuevo mejor amigo, ya no es bilis lo que sale de mi boca, sino, vomito negro. Puedo levantarme, pero ya no sé, cuánto tiempo seguiré así.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario