scars

sábado, 4 de junio de 2011

Mi mamá me despierte cada tantas horas, acariciandome, para ver si estoy bien o si sigo viva, en su defecto, creo que eso es lo que más le atemoriza. Al menos puedo decir que sigo con vida, el vomito negro cesó, incluso los demás vómitos; sin embargo, ahí están todas esas pastillas, de diferentes tamaños y colores, esperando a que las pase por mi garganta. No pude notar el frío repentino que sucedió en este día y medio, soy amiga de tres galletitas de agua y un vaso de seven-up sin gas por día. El mejor fin de semana de mi vida se está yendo, sin mí, tal vez sea sólo un aviso ¿no? Tal vez mi cuerpo no pueda seguir soportando tantas drogas.

No hay comentarios: